Notó cierto sarcasmo en esas imágenes aunque desgraciadamente reales incluso las pictóricas. Con todo no debemos olvidar que en alguna peste pasada los ricos se dedicaban al frenesí y a la concupiscencia encerrados en sus palacios y residencias, caso de aquella muchachada del Decamerón.
¿Sarcasmo? jiji Tiene razón Doctor, había mamones y capullos en el pasado, los hay en el presente, y los habrá en el futuro. De lo que no estoy tan seguro es de que, si en esos tiempos, estos capullitos en flor sabían cómo se propagaba la epidemia que estaban viviendo, o no. Podría entender que si uno NO sabe a ciencia cierta cómo se contagia la enfermedad pueda agarrarse a eso de "A follar a follar que el mundo se va a acabar" o "Para el tiempo que me queda en el convento, me cago dentro", pero si uno sabe perfectamente cómo va el tema, me cuesta entender cómo estos animalillos de bellotas ponen en riego sus vidas y la de los demás simplemente por el hecho de irse de fiestas. Será que me hago viejuno y empiezo a no entender el mundo de los que no lo son, pero también es posible que sea porque nunca se me ha dado bien entender a los que yo creo que son profundamente gilipollas. Muchas gracias Doctor. Por cierto, desconocía la existencia del Decamerón, pero me ha gustado.
Notó cierto sarcasmo en esas imágenes aunque desgraciadamente reales incluso las pictóricas. Con todo no debemos olvidar que en alguna peste pasada los ricos se dedicaban al frenesí y a la concupiscencia encerrados en sus palacios y residencias, caso de aquella muchachada del Decamerón.
ResponderEliminarSalud para usted
¿Sarcasmo? jiji
EliminarTiene razón Doctor, había mamones y capullos en el pasado, los hay en el presente, y los habrá en el futuro. De lo que no estoy tan seguro es de que, si en esos tiempos, estos capullitos en flor sabían cómo se propagaba la epidemia que estaban viviendo, o no. Podría entender que si uno NO sabe a ciencia cierta cómo se contagia la enfermedad pueda agarrarse a eso de "A follar a follar que el mundo se va a acabar" o "Para el tiempo que me queda en el convento, me cago dentro", pero si uno sabe perfectamente cómo va el tema, me cuesta entender cómo estos animalillos de bellotas ponen en riego sus vidas y la de los demás simplemente por el hecho de irse de fiestas. Será que me hago viejuno y empiezo a no entender el mundo de los que no lo son, pero también es posible que sea porque nunca se me ha dado bien entender a los que yo creo que son profundamente gilipollas.
Muchas gracias Doctor. Por cierto, desconocía la existencia del Decamerón, pero me ha gustado.