Uno no conoce a alguien hasta que se toma un par de copas con esa persona, o pasa cerca de un grupo de señoras mayores y te suelta un:
- Me encantaría chuparle el culo a esa tía, le abriría el ojete y se lo dejaría niquelado.
No estoy en contra de que la gente vaya por ahí chupando culos ajenos, de hecho, me encanta que las personas hagan lo que les gusta, si con eso no hacen daño a nadie. Pero me llama la atención que un tío que no llega a los 30 años quiera dejarle el culo “niquelado” a una señora de unos 70 tacos, como poco, porque suelo ser muy malo adivinando edades y tiendo a echar menos edad de la que se tiene. Pero en fin, como se diría en otra época “De gustibus non est disputandum”, o lo que viene siendo, “para gustos, colores”. Si a este chaval le gustan los culetes arrugados, pues fantástico.