Hoy
se juega el primer partido de la selección española en el mundial
de Qatar. No me gusta mucho el fútbol, pero ante todo soy un buen
español, y si juega España, hay que verlo, o escucharlo como es mi caso, y quiero que gane.
Uno
de los cocineros del bar donde curro ha apostado 7 libras a que
España pierde. Hay que ser un mamón de cuidado para apostar contra
tu propio equipo, pero en fin, cada cual que haga lo que quiera, yo
tengo otros valores, unos más sólidos.
Si
España pierde contra Costa rica, este antiespañol se lleva 110
libras. ¡110 libras! Esa parte no me lo había dicho. Con siete
libras menos en mi bolsillo y sintiéndome un poco menos español,
seguí trabajando escuchando el partido por la radio esperando que mi
equipo perdiera. Con esto queda claro que mis sólidos valores valen
exactamente eso, 103 libras de sólido metal o papel de intercambio.
Soy
un miserable, lo sé, pero posiblemente todos los que juegan en el
mundial tienen sus casas pagadas, y...¿quién no tiene ni casa?. ¡A
tomar por culo el fútbol!. Me siento mal, es cierto, pero en fondo
creo que todos los tiesos del mundo me entenderán, el dinero y las
penurias no entiende de banderas, y yo vivo de alquiler y mi habitación da a la cocina del bar y todo mi mundo huele a aceite requemado. ¡Viva Costa rica!
España
ha ganado 7- 0
Hijos de putas, no solo no han perdido, sino que han
marcado un gol por cada libra que hemos apostado en su contra.
Rencorosos de mierda. Esto debe de ser una señal de algo. Supongo de
que no vuelva apostar en mi puta vida contra mi propio país, o que
lo haga viendo las estadísticas primero.
Ahora
soy siete libras más pobre y todos los del bar se ríen de mi y de
mi colega, no solo hemos perdido nuestro dinero, sino que nos hemos convertido con este “gran” gesto en los
eXpañoles del lugar. Pero que sepáis una cosa, en el próximo
partido pienso apostar contra el mismo equipo. Me deben siete putas libras
y las pienso recuperar.