Esopo

 

¿Cómo podía un chaval de 23 años escribir como el mismísimo Charles Bukowski? Aunque hubiese leído toda su obra, no era fácil copiar un estilo tan poco ortodoxo y original como el de Charles.

Nadie sabía su nombre, solo que firmaba como Esopo. Su libro se llamaba “Bukowski es un bastardo”. Pero era como estar leyendo al autentico Charles, y no es fácil escribir como él si no se ha vivido una vida regada de alcohol, drogas, peleas, mujeres y soledad. Un cóctel difícil de imaginar y describir si no se ha probado.
Con el tiempo sacó otros libros, todos copiando a grandes escritores como Knut Hamsun, Cervantes, John Fante, Heinrich Böll, Fiódor Dostoyevski, Fafka, Albert Camus y muchos más.
Entonces llamó la atención de todo el mundo, era imposible que este chico pudiera haber leído todas las obras de todos estos escritores y fuera capaz de emularlos con tal precisión.
Estábamos ante un portento de la escritura capaz de clonar a cualquier autor, o ante un fraude. Se decía que disponía de algún tipo de inteligencia artificial, una que acabaría con todos los escritores después del primer libro. Ya nadie querría escribir por miedo a que le robasen su estilo. El fin de los escritores había llegado, todos los libros del futuro serían escritos por el mismo autor, una máquina, una puta inteligencia artificial.
Esopo dejó de escribir, supongo que había ganado suficiente dinero como para no tener que seguir haciéndolo. Ahora vivía solo en una casa de un pueblo perdido de la campiña inglesa. Le escribí como quinientos emails pidiéndole por favor que si podía hablar con él, necesitaba saber cómo había escrito esos libros. Al final, supongo que porque se aburría y porque le haría gracia mi insistencia, me respondió. Podría ir a su casa. No me lo creía. Me mandó su dirección allí fui. El colega vivía en una casa pequeña cerca de un lago, la casa era una ruina y no era bonita. Tenía dinero para comprar una mansión en las Bahamas y ser vecino de Mike Oldfield, y ahí estaba el colega, viviendo en una puta choza ruinosa en el medio del culo de Reino Unido. La inteligencia tendría que ser artificial, porque nadie con una inteligencia propia viviría allí. Estuvimos hablando de lo mal que iba el mundo y de lo cara que estaban las cebollas, pero a final le pregunté que cómo había escrito esos libros. Evidentemente estaba esperando esa pregunta y no respondió, sonrío, se levantó, fue a un cuarto y saco una tabla muy antigua y gastada, una Ouija.