Mi vecino tenía en su
cuarto un mueble muy antiguo que había traído de la casa de su abuela. El
mueble ya había pertenecido a la abuela de su abuela, y la segunda murió con 96
años, por lo que estamos hablando de algo viejo de verdad. Digamos que podría
haber sido construido por un tal José de Nazaret, de profesión, carpintero.
Era una especie de
librería de una madera muy oscura y maciza que pesaba lo mismo que un carro de
combate. Era un mueble que estaba hecho a conciencia. Supongo que para hacerlo más liviano, también tenía dos puertas enormes con cristales muy gruesos
y muy desgastados que también pesaban lo suyo. El mueble era casposo y feo de
cojones, incluso traía consigo ese olor a cosa vieja, a pesebre se podría decir
en este caso, ese olor que te abofetea la cara cuando entras en una tienda de
antigüedades.
Cuando murió su abuela
nadie quería nada de la casa e iban a tirar todos sus muebles a la basura, que viendo
el mueble hubiese sido lo más lógico, pero mi vecino quiso quedarse con esta
“joya” de recuerdo. Supongo que en aquel momento pensó que le quedaría de
muerte en su cuarto, entre el poster de Sabrina Salerno disfrazada de mecánica
con su par de melones, y el de Bon Jovi con su pañuelito rojo en la frente y su
precioso pelo largo. Yo tuve el mismo poster, digo el de Bon Jovi, porque
mi madre nunca me hubiese permitido tener a una tía con esos melones en el
cuarto. De haberlo permitido, seguro que mi padre hubiese visto el cielo
abierto y habría quitado de su cuarto el niño Jesús que tenían colgado en la
pared, algo de un gusto horrible, y hubiese puesto a Marylin Monroe en pelotas.
Me acabo de acordar que
la hermana de mi vecino decía que “la tía del poster”, Sabrina, era bizca. No
sé en qué momento pensó que alguno de los hombres de la casa o cualquiera otro
amigo le había mirado los ojos.
El mueble era horroroso
como he dicho antes, pero al ser tan antiguo le daba como más valor a lo que
tuviese dentro. Por ejemplo, si los vinilos le hubiesen entrado de perfil
hubiese estado chulísimo usarlo para guardarlos, pero no tenía profundidad
suficiente, y ponerte a guardar discos de cara era muy absurdo, parecería que
los quieres vender en vez de coleccionar. Mi colega lo usaba para guardar
mierdas varias, todas encontradas en la calle, entre ellas un hámster disecado,
¿Qué enfermo diseca un hámster? y un chorro de libros gordísimos. En aquella
época era muy típico eso de que los padres compraran colecciones de libros de
planeta de Agostini sabiendo que no los iban a leer en su puta vida.
La cosa hubiese quedado
en un: “Mi vecino era un tipo sin gusto para los muebles y con un posible trastorno
de síndrome de Diógenes aún sin diagnosticar”, de no ser, porque decía que por
las noches, de ese mueble salían personas vestidas con ropas de otra épocas y
se acercaban a su cama, algunas se sentaban a sus pies y le tocaban las piernas,
y otras simplemente se quedaban mirándolo un rato y después volvían al mueble.
Decía que hablaban entre ellos pero él no podía entender que decían, y que
cuando estaban en el cuarto no podía moverse, era como si tuviera los ojos
abiertos pero el cuerpo aun estuviese dormido. Todo un pastelazo. Aun así, el mamón
no quería tirar el mueble.
Esto puede parecer que
es la típica historia del zumbado de turno para llamar la atención, pero no, mi
vecino tenía su tarita, como todos, pero no lo suficiente como para ir por ahí
inventándose estas historias tan raras.
Además, daba detalles
de la vestimenta de los que iban a visitarlo, y eso no es muy normal en una
historia inventada. No digo que esta información no la pudiese haber sacado de
una de las enciclopedias de Planeta que tenía en su casa, pero no sé, yo le
creí y le creo. Los hombres llevaban trajes con capas y sombrero de copa alta,
y ellas iban de negro con vestidos muy largos y faldas infladas.
Cuando los padres se
enteraron de la historia, se quedaron a dormir en el cuarto más de una noche
para ver si a su hijo se le estaba yendo la olla, o esas personas salían de
verdad del mueble. Pero evidentemente los espíritus “muebleros” no salían
cuando había más de uno en el cuarto. Yo también me quedé más de una noche en
su habitación, pero nada. Me hubiese gustado mucho ver el espectáculo, pero
allí no venía nadie a sentarse al lado de mi saco de dormir ni tocarme las
piernecillas. También es verdad que si un espíritu se hubiese sentado cerca de
mis pies con lo que me olían en aquella época, se hubiese metido en el mueble
para no salir nunca más.
Al final, y porque por
lo visto los visitantes no dejaban de aparecer, acabaron por desmontar el
mueble y guardarlo en un cuartillo que tenían en la azotea del edificio. Creo
que aún sigue allí, se lo he pedido varias veces para montarlo en mi casa por
un tiempo para ver si aparecen, pero nada, no me lo dejan, no lo tiran y no lo
venden.
Estoy convencido de que
en el fondo los padres también creen que es verdad, y por eso no se quieren
deshacer del mueble, incluso puede ser que esos seres pertenezcan a su familia,
y no está bonito ir por ahí tirando los portales que permiten que tus
familiares de otros tiempos, vengan a pasearse por este siglo, y ya si eso,
tocar alguna que otra pierna.
Lógico, creo que tengo algunos de esos muebles antiguos pero en mi caso barnizados, limpios y en un guardamuebles dond los metió mi hija para darle sitio al perro.
ResponderEliminarSin ponernos moñas, reconozcamos que esos armatostes son lo que nos queda del pasado cuando los que lo usaron ya no están. Lógico que al verlos salgan los fantasmas que vivieron junto a ellos.
Salud
Reconozco que soy muy austero en todos los aspectos, y el guardar cosas que no utilizo solo por el hecho de que pertenecieron a otra persona que ya no está entre nosotros, por muy querida que fuera, me cuesta mucho, por no decir que no lo hago. Soy más de regalarlo a alguien que pueda darle uso y lo necesite. Nunca me ha gustado acumular nada, pero si me dieran el mueble de esta historia me lo quedaría por un tiempo, siempre me ha llamado mucho la atención el mundo de lo paranormal, quiero pensar que detrás de todo esto hay algo más, aunque tampoco me mola la idea de que después de esto sigamos por aquí dando por culo, pero en otro estado, uno más gaseoso y saliendo de muebles. Sería un bajón.
EliminarUn abrazo!!! Muy chula la canción jijiji
A mí me gusta esta canción de fantasmas:
ResponderEliminarhttps://youtu.be/kOT0o3Qpe6k